Por Claudio Reyes Stevens, Arquitecto.
En este último tiempo se ha escuchado que pronto tendremos noticias sobre el proyecto de expansión portuaria en el borde costero de Valparaíso, así lo ha hecho saber la máxima autoridad comunal, indicando que en los próximos meses se pueda concretar un acuerdo que permita avanzar en el desarrollo del Puerto de Valparaíso, situación que genera evidente desconfianza en un proceso que no ha tenido la apertura suficiente hacia la participación ciudadana concreta, cometiendo una vez más el error de acordar soluciones cupulares que no involucran las distintas visiones que conviven al interior de la ciudad.
Se reconoce en la labor portuaria a la principal fuente de generación de recursos que se tiene para salir de la profunda crisis comunal en que nos encontramos, pero también debemos concordar con aquellos que nos advierten de la existencia de otras expresiones económicas que se han ido consolidando en el tiempo, y que requieren ser escuchadas en sus planteamientos en el escenario que se avizora con este proyecto de gran escala, que afectará irremediablemente la fisonomía de la ciudad y las relaciones socio-económicas internas, no tan sólo en el espacio del borde costero, sino que en la ciudad toda.
No es una tarea fácil ponerse de acuerdo, más aún cuando son innumerables los factores que se deben considerar en su justa medida, en donde todos los actores presentes debieran ser parte de la solución y no la fuente del conflicto, hoy más que nunca se debe tener la sabiduría y madurez suficientes para lograr los equilibrios necesarios que generen una solución integral, considerando las dimensiones ineludibles que se debieran tener presente en el desarrollo del mejor de los proyectos.
A lo menos, se visualizan seis dimensiones que debieran ser la base para una amplia y transparente participación ciudadana, proceso que con una metodología adecuada permitirá consensuar los criterios de diseño de un territorio costero integrado con una ciudad que merece un crecimiento armónico y sustentable.
1. ECONÓMICA: se debe establecer fidedignamente por parte de la Empresa Portuaria de Valparaíso la escala de desarrollo requerida para el negocio portuario en un plazo determinado, definiendo sus requerimientos físicos y económicos en forma concluyente y consensuada con todos los actores de la cadena logística.
2. AMBIENTAL: determinar acciones y propuestas para generar un puerto sostenible y amigable con el medio ambiente, principalmente con la contaminación de las aguas y el fondo marino.
3. URBANA: definir un diseño de ciudad-puerto patrimonial sostenible, armónico, equilibrado y validado socialmente, que pasa necesariamente por la actualización del Plan Regulador comunal, y la validación del Consejo de Coordinación Ciudad Puerto de Valparaíso como la instancia formal de trabajo para enfrentar el desafío del desarrollo portuario.
4. PATRIMONIAL: formalizar los requerimientos de resguardo y puesta en valor del área patrimonial reconocida por la Unesco y de la ciudad en general, en relación al desarrollo portuario propiamente tal como así también con el diseño de un borde costero comunal integrado.
5. SEGURIDAD HUMANA: proyectar un diseño portuario de máxima seguridad ante catástrofes naturales o acciones humanas, que minimicen los impactos negativos, tanto al interior de las instalaciones portuarias como así también hacia el resto de la ciudad.
6. TRANSPORTE: generar un plan de accesibilidad a las instalaciones portuarias, considerando las distintas alternativas de medios de transporte, principalmente el ferroviario, dimensión que deberá ser analizada con una visión metropolitana e interregional debido al alcance que esta actividad origina.
El desafío hoy es trabajar con estas dimensiones en forma integral y de cara a la ciudadanía, insistir en soluciones parciales y producidas privadamente, redundará en procesos saturados de conflictos y desencuentros que sólo demorarán las decisiones oportunas que nuestra ciudad requiere con premura.