La fiscal regional del Biobío, Marcela Cartagena, confirmó este miércoles por la tarde que hay más de un sospechoso por la muerte del pequeño Tomás Bravo Gutiérrez, niño de tres años que desapareció el pasado 17 de febrero y fue encontrado sin vida nueve días después, en el sector rural de Caripilún, comuna de Arauco.

«Hay más de una persona que está siendo investigada como sospechosa. Algunas sí (han declarado), otras no», dijo la persecutora en un punto de prensa tras reunirse con los padres del menor y sus abogados, a quienes confirmó que, sin conocerse aún la causa exacta ni la data de muerte, el Servicio Médico Legal (SML) entregará el cuerpo el próximo viernes 23 de abril.

Cartagena enfatizó que «no hemos cerrado ninguna línea por el momento», al punto de que, incluso, «la investigación todavía sobrevuela la posibilidad de una muerte en que no hayan intervenido terceros». 

Respecto de los sospechosos, la fiscal no ahondó en más detalles, argumentando que la entrega de esos antecedentes puede poner en riesgo el avance de la investigación: «Si en la muerte del niño Tomás intervino una o más personas, todas esas personas hoy están libres y pueden estar hoy viéndome en televisión. Yo tengo como primer deber constitucional y legal realizar una investigación eficaz; que si aquí hubo intervención de terceros, yo pueda determinar quiénes son y llevarlos ante la Justicia. Muy mala investigadora sería si diera pistas a esas personas que en este momento me pueden estar viendo, por eso les pido que, sobre ese punto, no me hagan más preguntas, porque lo más importante ya está dicho», abogó. 

Hasta el momento, el único imputado por el caso es el tío abuelo del menor, quien fue la última persona que lo vio con vida antes que desapareciera el 17 de febrero pasado.