Por Angela Aguilera, educadora de párvulos
Durante los años que llevo trabajando en educación Parvularia, una de las cosas que más he disfrutado es el observar a mis pequeñas/os jugando, principalmente porque es una fuente natural de aprendizajes significativos. Es maravilloso y sorprendente ver la capacidad de crear e imaginar de los niños cuando juegan solos o grupalmente. Ver cómo inventan y respetan reglas, cómo se comunican con sus pares y resuelven problemas, cómo se ayudan y colaboran, cómo mejora su capacidad de atención y concentración, cómo aprenden a conocer sus fortalezas y, también. sus debilidades, cómo mejora su estado de ánimo, entre tantas otras cosas. Y, obviamente, la felicidad y el placer que esto les provoca.
Recuerdo cuando, hace algunos años atrás, estaban mis niñas jugando a las gimnastas en el patio. En el grupo había una de ellas que era muy aventajada y que iba a talleres de gimnasia. Ella estuvo más de 30 minutos ayudando a su compañera que no podía, pero que quería, hacer la rueda con una paciencia y una dedicación envidiable. Finalmente, la pequeña Isabella logró hacer algo bastante parecido a la rueda y Antonella feliz la abrazó y la felicitó, y el resto de las niñas las aplaudieron y felicitaron. Sus caritas de alegría aún las tengo presentes.
Frente a la crisis sanitaria del país, creo que esta actividad reviste una importancia enorme y necesaria para el bienestar de nuestros niños/as. Una de las primeras actividades que realice de manera remota con mis pequeños fue pedirles que me enviaran audios contándome dónde, con quién y qué les había gustado hacer en este tiempo. La mayoría de los audios de los niños hacía referencia a JUGAR con sus juguetes, hermanos o padres.
En relación a esto, hoy hay 2 temas que me preocupan:
1) Cómo se le resta tiempo al juego en muchas aulas para dedicarle más a libros y otras tareas que apuntan a escolarizar tempranamente a nuestros pequeños. Muchas veces sin respetar los tiempos de cada niña/o, lo que en las bases curriculares de educación parvularia figura como: Principio de Singularidad.
2) El uso excesivo de juegos electrónicos en niños y niñas a temprana edad, restando tiempo a otros tipos de juegos donde pueden desarrollar lo mencionado anteriormente.
Ojalá durante el tiempo que debamos seguir en casa, las familias incentiven esta actividad en sus hijos e hijas y dediquen menos tiempo a las actividades tecnológicas.
No olvidar que el juego nos predispone a TODOS a “Pasarlo Bien”
“Aquí está la importancia que tiene en general la actividad lúdica en la vida de todo niño y niña, por lo tanto, lo más importante es que al estructurarse un currículo las actividades que se programen no pierdan este carácter de ser algo entretenido y significativo para el niño/a” (María Victoria Peralta, 1993).